Manejo de plagas y enfermedades
Primero debemos identificar qué es una plaga. Los insectos, arácnidos, hongos o bacterias que atacan a la Cannabis en sí no son negativos en el medio ambiente, sino que forman parte de toda una cadena trófica ecológicamente necesaria para que se reciclen nutrientes y materia orgánica en la naturaleza. Se vuelven plaga cuando sus poblaciones aumentan en tal cantidad que su impacto en el cultivo reducirá o evitará la producción.
¿Y por qué aumentan sus poblaciones? Hoy en día la agricultura generalmente se realiza mediante monocultivos, es decir, un único cultivo en grandes extensiones. Si bien hay plantas como el maíz, trigo o arroz que necesitan cultivarse a gran escala, esta misma práctica para absolutamente todos los cultivos ha aumentado las poblaciones naturales de insectos y hongos que se consideran plagas agrícolas, es decir, es casi imposible que tus cultivos no se vean afectados en el exterior y buscarán la manera de entrar a tu cuarto de interior.
Además, al tener ciclos de vida mucho más cortos que otros seres vivos, los insectos, bacterias y hongos evolucionan y generar resistencia mucho más rápido de lo que pudiésemos esperar, así que ¡tampoco puedes usar un plaguicida para siempre sin provocar súper-bichos!
Por lo tanto, la prevención de la aparición de plagas y enfermedades es obligatoria. No es recomendable actuar cuando una plaga ya está en acción puesto que muchas de ellas pueden enfermar a las plantas con virus u hongos o que necesites cantidades altas de producto que terminen contaminando la planta.
En la etapa de plántula las plagas más comunes son la “ahorcadilla” o “damping off” provocado por el hongo Pythium, la aparición de mosca del sustrato, la generación de algas en el sustrato. Todas estas son provocadas por un exceso de riego. En exterior también hay que considerar que las plantas recién germinadas son atractivas para pájaros y reptiles, por lo que se recomienda un semillero o almácigo.
Es recomendable el uso de Trichoderma para evitar hongos, aunque una correcta higiene y frecuencia podría ser suficiente.
La etapa vegetativa puede presentar áfidos, pulgones o escamas, los cuales son insectos que se acumulan en los tallos y peciolos de las hojas, succionando la savia, atrayendo hormigas y provocando la aparición de hongos; también pueden aparecer mosquitas blancas, thrips y ácaros. Se recomiendan aplicaciones preventivas foliares de jabón potásico, aceite de neem y extractos vegetales como ajo, chile, clavo, entre otros, y utilizando tierra de diatomeas como cobertera en el sustrato o foliarmente.
Por último, en la etapa de floración se pueden presentar la araña roja, orugas y gusanos barrenadores y los hongos Botrytis, Fusarium y entre otros. En esta etapa la contaminación por heridas abiertas de la etapa vegetativa y las excretas de las plagas activas aumentarán el riesgo de la aparición de hongos. No se recomienda la aplicación de productos cuando las flores están en desarrollo medio a final, al principio aún es posible. Se pueden utilizar productos como Spinosad, pero la prevención durante la etapa vegetativa con insectos benéficos, hongos entomopatógenos o con repelentes, es lo mejor.
La higiene de quien cultiva y sus utensilios también es importante, así que procura limpiarlos con alcohol al utilizarlos y lavarte las manos y cambiarte la ropa si has manipulado plantas o tierra.
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