El primer par de hojas que genera la plántula se llaman "cotiledones", tienen borde liso y forma obovada. No realizan fotosíntesis como las hojas de borde aserrado.
Una vez que la semilla ha germinado y emergido del sustrato, tendrás una pequeña plántula que cuidar.

En esta etapa, lo más importante es la paciencia, ya que serán alrededor de 3 a 4 semanas de crecimiento lento, casi imperceptible. En la desesperación están los errores más comunes como el exceso de riego, lo que puede provocar algas en el sustrato, la aparición de plagas o que la raíz se desancle.

Es altamente recomendable tener un espacio destinado a plántulas y clones debido a que requieren una mayor humedad relativa ambiental para evitar el riego frecuente. Esto es así porque el principal crecimiento en esta etapa no lo hacen el tallo y hojas sino el sistema radicular. Este espacio puede ser un semillero o almácigo entero o también se pueden utilizar domos de propagación en bandejas de cultivo, en los cuales cada uno representa un semillero. Sin embargo, las plantas crecidas en domos de propagación van a necesitar “aclimatarse” antes de ser puestas a sol directo o luz de cultivo. Esto quiere decir que debes someterlas poco a poco a un ambiente sin domo por un período de 1 a 2 semanas. Algunos domos tienen aberturas que funcionan como "ventanas" que puedes ir abriendo poco a poco para aclimatar a las plántulas.

Algunas plántulas aún conservarán la testa en sus hojas, lo cual es normal a menos que esté atrapando a ambas hojas, para lo cual se necesita dejar caer gotas en esa zona durante un par de días para fomentar su desprendimiento.

Las primeras hojas que emergen, que tienen bordes lisos y forma elíptica, en realidad no son hojas verdaderas. Se llaman cotiledones y sirven como una reserva de nutrientes para la plántula en lo que desarrolla sus primeras hojas reales que realizarán la fotosíntesis. En algún momento después de la aparición de hojas verdaderas, se empezarán a marchitar y caer, lo cual es normal.

Desde el momento en que la plántula presenta hojas con bordes dentados, es decir, la típica forma de las hojas de Cannabis, necesitará de una fuente de luz cercana para evitar el estiramiento excesivo de su tallo, que puede provocar la caída de la plántula. No es necesaria una luz de cultivo profesional, de hecho, luces fluorescentes que se usan en casa son suficientes, sin embargo, necesitarán estar a no más de 30cm de la plántula y estarán prendidas como mínimo 16 horas.


En esta etapa tu objetivo no es desarrollar muchas hojas, ramas y tallos, sino un sistema radicular sano y fuerte.

Si notas que tu plántula crece lento, es decir, no genera más hojas, probablemente necesite una alfombra térmica por las noches, sobre todo si está sembrada un contenedor pequeño y a alta humedad. El suelo directo tiene mayor capacidad de retener calor que un contenedor expuesto al aire.

Los nutrientes y abonos en esta etapa se limitan a micorrizas y soluciones enraizantes, pero usualmente con agua y nada más se alcanza un desarrollo satisfactorio. El uso de Trichoderma asegura que no haya incidencia de hongos o algas en el sustrato, por lo que se recomienda considerar su uso, sobre todo en lugares donde hay alta humedad en el ambiente de manera natural y frecuente.

En 3 a 4 semanas tendrás una planta con 3 o hasta 6 pares de hojas, lista para ser trasplantada a otro envase con sustrato para las siguientes etapas y alimentándolas con nutrientes de manera progresivamente mayor.


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